Cuidar tu piel es más sencillo de lo que parece. Cultivar el hábito de limpiar diariamente tu rostro te ayudará mantenerla limpia, hidratada y a prevenir el envejecimiento prematuro. Elige adecuadamente los productos acordes a tu tipo de piel, ya sea grasa, seca, mixta o normal para sacarles el máximo provecho y conseguir una piel suave y hermosa.
Realiza una limpieza suave diariamente para mantener el rostro en óptimas condiciones y oxigenar y limpiar el cutis. Haz una limpieza profunda una vez a la semana en casos de cutis grasos o cada quince días en cutis normales. Te recomendamos hacerlo al final del día para limpiar las células de la contaminación de la jornada y asegurar un mejor reparo durante la noche.
¿Cómo hacerlo adecuadamente?
PASO 1 – Limpieza
Comienza por limpiar suavemente la cara para eliminar restos de maquillaje, células muertas e impurezas de la superficie de la piel generadas durante el día. Las leches de limpieza limpian sin agredir el rostro, estimulan la renovación celular y el equilibrio dérmico natural. Remueve con agua tibia y seca suavemente el rostro sin refregar.
PASO 2 – Tonificar
Aplicar un tónico astringente para cerrar rápido los poros y evitar la dilatación que se da con los años. Las Aguas y Lociones tonifican, afirman y nutren la piel. Da golpecitos suaves y ascendentes con la yema de los dedos para estimular la microcirculación del rostro.
Si decides hacerlo de noche te recomendamos dejar la piel limpia para dejar que las células respiren y puedan efectuar los procesos de reparar. Cuando te levantes en la mañana aplica una crema para hidratar la piel.
PASO 3 – Hidratar
Lo último es aplicar tu crema facial de preferencia. Aplica con círculos suaves y ascendentes una fina capa del producto sobre la piel para evitar saturar los poros, así permites una mejor penetración de los principios activos. Luego de unos minutos puedes ponerte maquillaje o aplicar un filtro solar, según gustes.
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